La violación de los derechos humanos en los territorios ocupados es el pan de cada día.
Sacar los ojos con cuchillos, rociar el cuerpo de una persona con líquido inflamable y prenderlo, cortar miembros genitales, pechos, brazos, etc. son prácticas cotidianas que ejerce el Reino de Marruecos contra la población saharaui de los territorios ocupados.
Desde 1975 se han contabilizado un total de 500 personas desaparecidas o secuestradas. El último dato oficial corresponde a la desaparición de una menor de 11 años en el 2009. Los familiares de estas personas han intentado que se inicie un proceso de investigación sobre este suceso, emprender medidas legales contra el gobierno marroquí y reclamar el paradero de la menor para que los familiares puedan recuperar el cuerpo y enterrarla. Todo ello les ha sido negado por Marruecos.
A partir de 2005 los saharauis que se quedaron en los territorios ocupados están llevando a cabo una intifada pacífica duramente reprimida por policias, militares e incluso los colonos.
La política que hace tiempo practica el Reino de Marruecos intenta llevar a cabo la aculturación de dicha población, a la vez que dejarla en minoría por si en algún momento se llevase a cabo el referendum de autodeterminación en un intento de asegurarse un resultado favorable. Este aumento de la represión ha comportado un crecimiento en el número de presos políticos encarcelados en la Cárcel negra de El Aaiun. Actualmente en este centro penitenciario hay un grupo de 7 presos que están llevando a cabo una huelga de hambre desde el 18 de marzo de este año, con el peligro que comporta para su salud.
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